Coge el instrumento por el mástil, como si fuera una una raqueta de tenis y eleva los brazos todo lo que puedas. A continuación, golpéala contra el suelo con un buen golpe seco. Repite la operación tantas veces como sea necesario hasta que las cuerdas salten. Asegúrate que la superficie del suelo esté despejada, porque podríamos romper otras cosas, como el jarrón de tu madre.

Este truco es más sutil, pero funciona muy bien. Miramos bien el tiempo en Google y nos aseguramos que va a llover mucho. Sacamos la guitarra de la funda y la dejamos afuera, donde caiga bien de agua, unos 3 o 4 días. Es importante no meterla para dentro y secarla. La lluvia, e incluso el musgo, pueden hacer maravillas en tan sólo unas semanitas.

Sacamos la guitarra de la funda y la dejamos al calor de Agosto un par de días. Cuando ya esté pidiendo agua, montamos una barbacoa con amigos y a continuación quemamos la guitarra en la barbacoa hasta que las cuerdas salten. No hace falta vuelta y vuelta, el objetivo es que se queme. 

Facturar la guitarra en el avión es la mejor manera de romper un instrumento. Ya sea distancias cortas o viajes transatlánticos, una guitarra en bodega con una funda blanda es un amasijo de madera asegurado. ¡Miles de usuarios lo certifican!

Si eres más de trucos pasivos, no te preocupes. Lo que puedes hacer es no tocar ni una nota durante 30 o 40 años. Si la guitarra queda fuera de la funda en condiciones deplorables, se autodestruirá sin problemas y sin aplicar fuerza. 

Si por lo que sea te arrepientes y has sentido un poco de pena por tu guitarra leyendo esto, también puedes darle otra vuelta a la idea de romper esa cajita adorable de seis cuerdas y practicar el Fa una vez más con tus canciones favoritas. 

Que conste que nosotros -como las mejores escuelas de guitarra- te recomendamos tomar pausas para descansar los dedos. Pero oye, en Meloom siempre damos consejos prácticos y a mi esto me parece la mar de útil. 

Si sigo aquí escribiendo para Meloom la semana que viene, nos vemos en la próxima entrada del blog.

¡Feliz tarde, meloomers!